miércoles, 10 de mayo de 2017

Análisis Semana Santa Ciudad Real 2017

Análisis Semana Santa 2017



Cada año me es más complicado realizar los análisis de la Semana Santa ciudadrealeña. No porque no sucedan cosas, ni porque no haya novedades o estrenos, sino por la ausencia total de autocrítica en muchos de los que rigen los destinos de las cofradías, por la enemistad que surge del hecho de valorar u opinar, por la piel extremadamente sensible para algunos con lo suyo. Es dificultoso pero no callaremos como pretenderían algunos y seguiré dando ideas aunque caigan en saco roto. Al final lo único que me mueve es querer lo mejor para las hermandades hechas cofradía, lo mejor para mi ciudad y lo mejor para el Señor y su Santa Madre.
Al final se trata de una opinión personal que solo busca ayudar y si en ella hay verdades como puños sólo queda esperar que quien tenga oídos oiga. Y actúe.

A grandes rasgos

El año 2017 ha supuesto un año de cambios que dejan abiertos nuevos retos para el futuro de la Semana Santa.
En general los cambios que se vienen produciendo son positivos:

1) La carrera oficial. Siempre ha sido un anhelo y ordena el paso de las cofradías. Los desbarajustes en horarios y paso se irán puliendo cuando se asuma como algo natural. Sería maravilloso que se culminase con la estación de penitencia a la S. I. P. Basílica Catedral.

2) La llegada de la Virgen de la Salud. Con una calidad espectacular, un mimo y cuidado al detalle, supone un broche de oro para la hermandad del Prendimiento.

3) Los nuevos recorridos, en general son positivos. Coronación o las cofradías del Viernes Santo han acertado plenamente. Hay que recortar los horarios de algunas otras cofradías en la calle. Evidentemente el mayor lunar es el Silencio y el Viernes por la mañana.

4) El orden y la compostura en las cofradías. En algunos casos es manifiestamente mejorable. Pero, al menos, no han trascendido los escándalos que se han visto en medios de comunicación de hermandades cordobesas y de otros lugares.

5) La calidad del acompañamiento musical. Con todas sus muestras diferenciadas sigue siendo alta. En muchos casos por encima de la propia cofradía.



Lo más bueno o lo mejor

En lugar del habitual repaso por cada cofradía quiero destacar momentos, hechos y actitudes que deben ser modelo a seguir para una Semana Santa ejemplarizante. Estampas que bajo mi prisma personal deben ser guías para trabajar en el resto de corporaciones. Creo que son imágenes que deben representar el hecho fundamental de nuestra Semana Mayor:

- Un barrio hecho plegaria y devoción en Los Ángeles. La comunión del barrio con la Hermandad, y de la Hermandad con el barrio, es tan íntima y genuina que al hacerse cofradía se palpa esa emoción que la más nueva de las corporaciones nazarenas de Ciudad Real ha sabido hacer magistralmente en un tiempo récord. La llegada del palio de la Salud ha supuesto un paso más que deja a la hermandad en lo más alto gracias a un trabajo intenso y fructífero. Ahí están los hechos que, más que nunca, son amores como dice el refrán.

- Las Penas saliendo de la clausura. No soy imparcial y lo sé. Pero también es una de las imágenes que saben a buen hacer. El orden, la compostura, el silencio, el andar sobrio y la permanente búsqueda de la verdad nazarena. Y aquí nos encontramos con la maravillosa contradicción que se hace madera en los muros del Carmen. Más adelante (y aprovechando las actuales circunstancias) comento.

- El discurrir de la Flagelación por la Plazuela de Santiago. En general la estación de penitencia, el orden en la cofradía y los pasos son un testimonio de lo que debe ser una corporación nazarena. Claro que hay cosas que mejorar, como el terno de los acólitos y sus enseres, pero visto lo que hay en Ciudad Real siguen siendo un referente. El referente. Y, además, atesora algunos de los momentos de emoción y belleza más intensos que una cuadrilla de costaleros puede ofrecer.

- El Nazareno cuando pasa por la Merced. Es en todo otro ejemplo de estampa histórica, de perfil de una cofradía que pasa por todos los tiempos y crece. Y su atravesar calles históricas, conventos antiguos, encontrarse ante el Altísimo o cuidar el detalle con el más ordenado y completo cuerpo de acólitos de la ciudad, son una prueba de ello.

- El Cristo de la Piedad agonizando al fondo de la calle Postas. Es un instante más que nos regala la hermandad, es un instante nuevo pero que sabe añejo. El luto, la contención, la singularidad, la perfección de la línea y la curva, el escorzo en definitiva, son señas y dan un sabor irrepetible y único para el paladar cofrade.



Lo bueno

- Las Vísperas, que se han hecho anuncio y pregón, de lo por venir. Cada año superándose y con un orden cada vez más cuidado.

- Las cofradías que van bien encaminadas. La Esperanza, Longinos, Descendimiento y Soledad son cofradías que transmiten una imagen de orden, detalles de gusto cofrade y pasos muy bien andados y van haciéndose un hueco que con el paso del tiempo debe ir a más.

- Nuestro obispo maravillosamente revestido en la procesión oficial del Santo Entierro.

- La fuerza del número, que lleva tras de sí mucho trabajo. Cofradías como el Huerto o la Borriquita son ejemplo de un patrimonio humano que se debe cuidar y mantener.

Lo mejorable

Para mi gusto hay bastantes cofradías que adolecen de problemas que deben ser afrontados y no esperar al año que viene sin tomar decisiones. Como siempre Jueves tarde y Viernes por la mañana, especialmente, se llevan la palma.

- Cortejos irrisorios como los del Encuentro, Jesús Caído, Misericordia suponen la necesidad de una reacción urgente. Jesús Caído parece que ya se plantea el cambio de día algo que es extremadamente necesario en un Viernes Santo sobresaturado de cofradías en Ciudad Real. Más aún en una Semana Santa tan mal repartida como la nuestra.

- Recorridos y horarios como los del Silencio son corresponsables de la pobre imagen que la cofradía da en la calle, con años como el actual con el paso de la Virgen a ruedas, el número de nazarenos en mínimos y, como siempre, con escasa gente en la calle excepto en su salida. Además, la procesión del Martes Santo con la Virgen debería o bien desaparecer o trasladarse a Vísperas. Lo mismo que el Via Crucis.

- Estrenar por estrenar. Es un mal extendido entre nuestras hermandades. Llenar un cortejo escaso con insignias, algunas de dudosa calidad. Hay que ser más consecuentes, estrenar lo necesario, priorizar y guardar.



Lo peor

Como siempre hay cosas para olvidar y que no se repitan.

- Jesús Caído sin poder llegar a San Pedro, arriando el paso cada treinta metros.

- Los nazarenos de bares con la túnica, destapados, sin compostura. Algo que se repite año tras año en cofradías como el Silencio, alguna del Jueves tarde, el Viernes por la mañana masivamente…

- El repertorio musical de algunos pasos y los capataces sin autoridad. Un Cristo muerto con marchas animadas, cambios a destiempo en pasos sobrios, protagonismo y postureo de costalerillos de tres al cuarto, capataces que se lo creen y transigen con esto…

- El Vía Crucis. Cada año con menos gente, cada año un Lunes perdido para las cofradías de Ciudad Real.

Reflexiones

A las ya repetidas hasta la saciedad del cambio de día (sobre todo el Viernes por la mañana), los recorridos racionales (gracias a Dios cada vez mejores), la fusión de hermandades (a ver quiénes son los valientes que dan el primer paso adelante para que alguno tenga que renunciar al carguillo) y los horarios (que también han mejorado) hay que sumar:

1) Tiempo de paso. Sigue siendo uno de los males. Cofradías absurdamente estiradas y tiempos de paso que pueden acercarse a la hora en cofradías con dos pasos. Todas las cofradías deben ir más juntas y que los tiempos de paso sean más cortos.

2) El postureo. Las redes sociales, el ego de algunos y el no educar a la gente joven provoca un aumento significativo de costumbres contrarias al recogimiento y compostura cofrade. Hay que educar también en lo que está bien y mal para evitarlo.

3) Las Penas. Recientemente el Señor de la Luz ha llegado al Carmen para quedarse. Se da la casualidad que es la imagen que los hermanos de Las Penas votamos mayoritariamente para que sustituyera en 2009 al actual Cristo. Maravillosa contradicción la que afronta la cofradía que tiene en su sede canónica, Santo Tomás, a su actual titular y en el convento desde el que realiza la estación de penitencia al titular deseado y votado democráticamente. Esto exige más que nunca una reflexión de porqué entonces no se permitió a la hermandad cambiar su titular (algo que se ha hecho en Campo de Criptana, Torralba y otras localidades) por parte de la curia diocesana mediante decreto. ¿Y ahora qué?  


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