He descubierto que al abrir la puerta y ver como te vas entra un frío gélido.
He descubierto que las flores de tela son aburridas y jamás cambian de tonalidad.
He descubierto viejos papeles en un rincón de la habitación y que en ellos ya escribía sobre ti.
He descubierto que mis viejos amigos descubren nuevos amigos y que mis nuevos amigos se hacen viejos.
He descubierto que me quedan 4 continentes a los que pondría tu nombre.
He descubierto que bajo mi cama nunca hay regalos y deseo esconder ahí los tuyos.
He descubierto que la tierra y el barro me son gratos al tacto y al gusto.
He descubierto un sol nuevo a cada tarde y un tiempo extraño que vomita cambios.
He descubierto no cansarme al descubrir tanto.
He redescubierto el brillo de tus ojos,
el marfil robado de tu sonrisa,
el sabor a coca cola
de tus labios rojos.
He descubierto la ira,
la inacción de tardes perdidas,
con tu silueta doblando
las sombras de esta esquina,
en la cual se duermen mis ojos
y mis manos,
como dos golondrinas ancianas
que se han cansado...
miércoles, 12 de mayo de 2010
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