miércoles, 31 de diciembre de 2008

Una noche cualquiera

Venía calle abajo, con el agua cayéndole sobre los ojos y el frío ahogándole los huesos... Venía calle a bajo con el fusil al hombro y la cabeza rugiendo con los jadeos de almas descompuestas...
- Me río de tanto idiota falto de casta, me hacen gracia hasta las putas que se asoman a las ventanas...
El muchacho no hablaba correcto y cada palabra la pronunciaba con soez irreverencia...
- Que se mueran estos cabrones que mandan, que exploten los arsenales de armas...
Y le daba patadas a las latas vacías de las calles embarradas.
- ¡Asco de días! ¡Mierda de noches sin frío ni calor! Tibieza de un mundo tan seco como los pechos de una ramera...
El plato lleno de sopa caliente y más agua para el estómago vacío. Al menos hay buena música, un blues tristón o un fox-trot a medio tempo. Suficiente para reir con la muchacha que me llena los ojos con sus curvas.
- ¡Chaval! Tráeme un café de esos que marean y quédate con lo que sobra para ir al cine.
Me gusta la luz de este antro y me gusta la chica de rizos, si pudiese besar sus labios... Lo soñaré en el cine, al fin y al cabo, puedo pensar que Rita Hayworth tiene algo de ella...

2 comentarios:

  1. He llegado a tu blog por uno de esos caminos inciertos. Me gusta lo que veo. Tienes buena pluma. Seguiré por aquí.
    Feliz 2009

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  2. Pues bienvenida y muchas gracias!!!

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